En un día tan especial como hoy es inevitable que todo tipo de sentimientos me invadan; por una parte, el poder compartir este mensaje con todas ustedes me llena de una inmensa alegría, sin embargo, el saber que al igual que la mía, muchas madres ya no están con nosotros pero que sin embargo, nos acompañan desde el cielo, deja en mí un sabor agridulce, ya que aunque sabemos que el amor de una madre es eterno, a muchos nos gustaría poder tener un último momento acompañados de esa persona que nos dio la vida.
Quiero aprovechar este espacio para felicitar a todas las madres que, sin pensarlo dos veces, sacrifican todo por sus hijos y por mantener el amor en el hogar, indudablemente, eso es una labor complicadísima y digna de admirar. Las palabras de aliento de una madre hacen que todo sea más fácil para nosotros los hijos, así mismo, saber que somos el orgullo de esa persona especial que siempre luchó por vernos crecer de la mejor manera, es algo que no tiene precio.
Aprovecho también para agradecerles por ser parte de un sueño que año tras año vemos como crece y se convierte en lo que siempre hemos querido; una familia llena de personas hermosas, un segundo hogar que es lo que es gracias al cariño y calor de las personas que la componen.
Me despido no sin antes desearles lo mejor no solo hoy, sino todos los días de este 2022, esperando que todos sus sueños se hagan realidad acompañados de los suyos y con muchísima paz y prosperidad en cada uno de sus hogares.
